Los objetivos de transición energética son claros; sin embargo, el Gobierno Federal parece seguir casado con la idea de apostar el futuro energético a los combustibles fósiles y no a las energías limpias, algunas de estas como la solar fotovoltaica.
Dicha energía es aquella que se obtiene al transformar la energía solar en electricidad, mediante el efecto fotovoltaico, tendiendo al sol como fuente renovable y completamente respetuosa con el medio ambiente, además de que no produce contaminantes, ni residuos.
Por ello, es que los proyectos fotovoltaicos empiezan a ganar terreno entre las empresas, al significar una fuente de energía renovable, que tiene como plus contribuir a reducir el consumo energético de la red de distribución, al mismo tiempo que se reduce la emisión de contaminantes como el dióxido de carbono.
No obstante, a pesar de la popularidad que gana la energía solar fotovoltaica y sus cualidades para ayudar a frenar el cambio climático; en la actualidad, los principales gobiernos del mundo no le están prestando la debida atención dada la situación geopolítica que se vive en el Este de Europa.
De igual forma, el gobierno mexicano sigue buscando otorgar el control de mercado energético a las paraestatales como PEMEX y CFE, socavando en el camino los esfuerzos por expandir la generación de energías renovables.
La gran interrogante yace en establecer si esta estrategia realmente llevará al país hacia una soberanía energética, y al mismo tiempo permitirá cumplir con objetivos de transición energética signados en el Acuerdo de París.
Esfuerzos aislados se abren camino en México
Teniendo como escenario todo el contexto del gobierno mexicano y su política energética, nos encontramos con que, de manera extraoficial, al menos media centena de proyectos eólicos y solares propuestos por empresas privadas y extranjeras se encuentran a la espera de los permisos de las autoridades nacionales.
Por si no fuera poco, algunas de dichas solicitudes datan de 2019, último año en el que se aprobaron permisos nuevos para compañías privadas de energía.
Sin embargo, lucen como excelentes noticias algunos proyectos aislados que particulares están llevando a cabo. Uno de estos es el recién anunciado proyecto de energía fotovoltaica anunciado por Siemens en Querétaro, donde la firma alemana hará una importante inversión para establecer una infraestructura de 1,100 paneles solares los cuales generarán 1,030 MW por hora al año, según informó la compañía en un comunicado.
Algunos otros, en menor escala, apuntan también a impulsar este tipo de energía renovable, como, por ejemplo, el proyecto de Fortaleza Energy, que busca establecer al menos 150 infraestructuras menores cerca de los lugares de consumo (menos de 500 kilovatios).
Pero mientras el sector privado sigue apostando y llevando a cabo estos esfuerzos se requiere de la participación del gobierno federal que, de seguir en la misma tónica, seguramente no cumplirá con su promesa de reducir su huella de carbono, sin mencionar que tensaría aún más la relación con el gobierno de Joe Biden, en cuya agenda está muy bien asentado el tema del cambio climático.