La aprobación a las reformas a la Ley Minera provocarán importantes cambios con respecto al litio en México.

El destino del litio en México

Luego de que la presente Administración Federal recibiera su primer revés en el Congreso a través de la revocación a las reformas a la Ley de la Industria Eléctrica (LIE), no pasaron ni 48 horas para que las dos Cámaras aprobarán en fast track reformas a la Ley Minera, las cuales declararon el litio como un mineral estratégico.

Tras pasar de un área prioritaria a una estratégica, las actividades de exploración, extracción y aprovechamiento relacionadas al litio quedaron en manos del Estado Mexicano, el cual adelantó que, para llevar a cabo dichas tareas, creará un organismo público descentralizado.

Indudablemente, al conocer esta determinación, al sector privado y especialistas en la materia recordaron el caso de Uramex, una paraestatal creada en 1979 con la cual se buscó llevar a cabo el manejo del uranio.

En dicho ejemplo, cabe mencionar que la empresa fracasó, no obtuvo los recursos suficientes para su operación, a la par se encontraron elementos más adecuados y seguros para la generación de energía eléctrica, y finalmente, se determinó que el uranio no era un mineral tan preponderante para el país.

El problema del litio por causa de la Ley Minera sugiere un destino similar, porque nada garantiza que este material vaya a seguir teniendo la importancia que goza ahora para la producción de baterías para vehículos eléctricos y otros dispositivos; ya que, las innovaciones tecnológicas con diferentes materiales avanzan muy rápido, e incluso, ya hay baterías que no lo utilizan, al ocupar iones de sodio.

Además, algunos expertos han planteado que, dentro de 10 años, cuando el litio sustituya por completo a los hidrocarburos, se corre el riego de que el país se encuentre en la dificultad de no contar con reservas necesarias, y entonces la reforma podría ser revertida.

Ahora bien, la puesta en marcha de dicho organismo, que en teoría tiene 90 día a partir del 21 de abril para crearse y empezar a operar, apunta a que nacerá con recursos limitados que dificultarían la administración del mineral, eso sin contar que inicialmente tendría que depender de lo que la Secretaría de Economía (SE) pueda otorgarle, por lo que el gran desafío consiste en que no se convierta en un lastre para la administración pública.

A la par de que el Congreso aprobó las reformas a los artículos 1, 5, 9 y 10 de la Ley Minera para colocar al Estado Mexicano como el único con la posibilidad de explotar el litio en territorio nacional, debió tenerse listo un plan estratégico para la creación de la nueva paraestatal, la cual debería tener claramente explicado cuánta gente trabajará en ella, así como los requerimientos para sus nuevas tareas.

Todo esto solo es el principio, porque después se debe analizar el tema de la cadena de valor, que conlleva más elementos y actores; además, ya se prevé que la ley también trasgreda a otras industrias como la farmacéutica, sobre todo por la incertidumbre que genera.

En cuanto al impacto en las concesiones mineras otorgadas en México, eso supone otra disyuntiva; ya que, el permiso de las mismas abarca todo lo que haya en el subsuelo que no sean hidrocarburos ni minerales radioactivos. 

Lo anterior, derivaría en que empresas privadas interpondrían inconformidades y recursos legales, e incluso, se habla de que, si el gobierno de México revoca o deja sin efecto las concesiones otorgadas a los privados en el sector minero, tendría que haber indemnizaciones conforme a los acuerdos internacionales, como lo establecido en el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP).

Por lo pronto, se debe tener en cuenta que al día de hoy solo existe un yacimiento de litio en arcilla confirmado y ubicado en Sonora, pero no hay como tal producción, ni mucho menos estudios para corroborar con cuánto mineral se cuenta para extracción, eso sin mencionar lo que se requiere en materia de metalúrgica para trabajar.

Por dichos motivos, es que ni siquiera Australia, país considerado el mayor productor de litio en el mundo, basa su economía en dicho material, porque la tecnología para extraerlo es muy cara, sobre todo si el mineral está en arcilla.

Finalmente, y a pesar de que se estudia impulsar un modelo similar al de Bolivia, los retos técnicos y la incertidumbre jurídica nublan el panorama del litio en México. Habrá que esperar para saber hasta cuándo el mineral de moda seguirá siendo considerado estratégico y no prioritario.

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