Habría al menos 15 proyectos relacionados a la producción del hidrógeno verde que podrían llevarse a cabo en suelo mexicano.

Sur – Sureste de México podría convertirse en cuna de la producción de hidrógeno verde

En países como Estados Unidos, China, Japón, Alemania y Francia, el hidrógeno verde ya es considerado como alternativa energética viable, situación que en México se ha investigado y planteado. 

Desde hace un par de años comenzó a señalarse que pronto el país tendría la capacidad para avanzar hacia una “economía del hidrógeno”; de ahí que, ha sido recibido con buenos ojos el anuncio de un par de proyectos de energías renovables (eólica y solar) que se estarían llevando a cabo en el Sur – Sureste de México, particularmente en el Istmo de Tehuantepec y la Península de Yucatán.

El organismo encargado de ejecutar ambos proyectos sería el Fideicomiso para el Desarrollo Regional del Sur-Sureste (FIDESUR), cuyo objetivo estaría enfocado en la producción de hidrógeno y amoniaco verde, a partir del aprovechamiento del gran potencial que existe en la región.

De lograrlo, los principales consumidores serían en una primera etapa las empresas estatales Petróleos Mexicanos (Pemex) y Comisión Federal de Electricidad (CFE), al sustituir el uso del gas natural. Para la segunda etapa se ha planteado la posibilidad de exportar el energético.

A propósito de esto último se estaría apuntando a alta demanda global existente para el nuevo energético, por lo que, de tener México excedentes en hidrógeno verde, se podría voltear a ver a los mercados internacionales que lo están buscando, siendo Alemania un cliente potencial. 

Respecto al esquema de financiamiento de los proyectos, el planteamiento del Fideicomiso es mediante Asociaciones Público-Privadas (APP).

¿Por qué el hidrógeno verde?

Varios expertos coinciden en que el hidrógeno verde tiene potencial para convertirse en el sustituto significativo de los combustibles fósiles. 

Se estima que para el 2030, el hidrógeno verde podría representar entre el 10% y el 20% del consumo energético mundial. 

Adicionalmente, algunos de sus beneficios incluyen menos emisiones de carbono, almacenamiento sencillo, variedad de aplicaciones, entre otros; sin embargo, aún existen desafíos que superar para que el hidrógeno se establezca como un recurso constante.

Por último, durante el primer trimestre del año, la Asociación Mexicana de Hidrógeno (AMH), aseguró que había al menos 15 proyectos de la Iniciativa Privada (IP) que ya están en fases de negociación avanzada y que se realizarán en los próximos años en el país. 

Estos estarían orientados también al uso de hidrógeno obtenido en procesos de plantas renovables en suelo nacional, para ser combustibles o electrificar procedimientos industriales, con inversiones que superan los 20 mil millones de dólares. 

Uno de los mencionados estaría en el corredor Transístmico en Oaxaca y otro en Sinaloa.

Con información de Energía a Debate y El Economista

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