México acelera su transición energética con inversiones históricas

En abril de 2025, el Gobierno de México presentó un ambicioso plan para fortalecer y expandir el Sistema Eléctrico Nacional, con una inversión total que supera los 620 mil millones de pesos. De esta cifra, aproximadamente 430 mil millones de pesos provendrán de fondos públicos, destinados a añadir 22,674 megawatts de capacidad de generación eléctrica. Este esfuerzo incluye la incorporación de tecnologías diversas como eólica, fotovoltaica, ciclos combinados, combustión interna, baterías para almacenamiento y cogeneración.​

Además, se contempla la conclusión de 26 proyectos iniciados en administraciones anteriores, que sumarán 7,228 megawatts adicionales con una inversión de 6,836 millones de dólares. Estos proyectos abarcan desde centrales de ciclo combinado hasta plantas hidroeléctricas, y se espera que entren en operación en los próximos meses.

La estrategia también incluye una inversión significativa en la infraestructura de transmisión y distribución eléctrica, con 224 mil millones de pesos destinados a la Red Nacional de Transmisión y 72 mil millones de pesos para mejorar la distribución. Estos esfuerzos buscan garantizar que la energía generada llegue de manera eficiente y confiable a todos los rincones del país.

La colaboración público-privada como pilar de la autosuficiencia energética

Un aspecto destacado del plan es la apertura a la inversión privada para generar más de 6,400 megawatts de energía, principalmente a través de fuentes limpias. Esta iniciativa representa una inversión adicional de casi 130 mil millones de pesos por parte del sector privado, complementando los esfuerzos del Estado para diversificar y fortalecer la matriz energética nacional.​

El Gobierno de México ha establecido mecanismos claros para facilitar esta colaboración, incluyendo una ventanilla única y medidas de simplificación administrativa, con el objetivo de agilizar las inversiones y garantizar la transparencia en los procesos. Se han creado figuras de productores mixtos, donde el Estado mantiene una participación mayoritaria, asegurando que el interés público prevalezca en estos proyectos.

Este enfoque refleja un reconocimiento de la importancia del sector privado en la transición energética, al mismo tiempo que se reafirma el compromiso del Estado con la soberanía energética y el acceso universal a la electricidad. Al fomentar la inversión en energías limpias y fortalecer la infraestructura eléctrica, México avanza hacia un futuro más sostenible y resiliente, donde la colaboración entre el sector público y privado es clave para alcanzar la autosuficiencia energética.

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