Durante el primer trimestre de 2025, las inversiones en el sector automotriz mexicano alcanzaron los 2,573 millones de dólares, lo que representa una disminución del 44.7% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Este descenso se acentúa en el segmento de autopartes, donde las inversiones cayeron un 72%, pasando de 2,181.6 millones a 611.5 millones de dólares. Las inversiones provenientes de China también experimentaron una reducción superior al 70%, situándose en 328 millones de dólares.
La industria le atribuye esta caída a un 2024 excepcionalmente alto y a nuevas tensiones comerciales en Norteamérica. A pesar de la disminución en montos, el número total de inversiones aumentó de 51 a 59, y el número de países de origen pasó de 11 a 13, lo que indica una diversificación en la procedencia de las inversiones.
Sin embargo, el sector de la electromovilidad fue el más afectado, con una caída del 97.4% en las inversiones, que pasaron de 3,038 millones a apenas 78.6 millones de dólares. Esta drástica reducción refleja una actitud de espera por parte de los inversionistas ante los cambios arancelarios y la incertidumbre en el entorno comercial.
Plan México: una oportunidad para reactivar la industria automotriz
Ante este panorama, el gobierno federal presentó el pasado 3 de abril el «Plan México», una estrategia integral para fortalecer la industria automotriz nacional. El plan contempla el aumento de la producción de vehículos para el mercado interno, el incremento del contenido nacional en las compras públicas mediante una nueva Ley de Adquisiciones, la creación de un portafolio nacional de inversiones con una ventanilla digital, el impulso a polos de bienestar industrial y el fomento a la investigación tecnológica.
Además, el Plan México busca elevar en un 10% la producción nacional de automóviles y aumentar en un 15% el contenido nacional en la cadena automotriz para reducir la dependencia de las importaciones y esquivar las nuevas trabas comerciales. Estas medidas no solo buscan reactivar las inversiones en el sector, sino también posicionar a México como un actor estratégico en la transición hacia la movilidad limpia.
La implementación efectiva del Plan México requiere de una colaboración estrecha entre el sector público y privado, así como de una política integral que respalde y propicie la transición de la industria automotriz hacia la electromovilidad. Con inversiones en infraestructura, programas educativos y proyectos emblemáticos, México puede avanzar hacia un futuro más conectado, limpio y sostenible.